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Quiso saber si el otro tenía fiebre y le tomó el pulso y la mano, y durante un instante
apoyó la palma en la palma de Estraven; y las manos se correspondían dedo a dedo,
como las dos manos de un hombre.
- Somos enemigos mortales - dijo Stokven.
Estraven respondió: - Somos enemigos mortales. Sin embargo nunca te había visto.
Stokven volvió la cara. - Te vi una vez, hace mucho tiempo - dijo -. Desearía que
hubiese paz entre nuestras casas.
Estraven dijo: - Haré voto de paz contigo.
De modo que hicieron esos votos, y luego no hablaron más, y el hombre herido durmió.
A la mañana Stokven había desaparecido, pero un grupo de aldeanos de Ebos llegó a la
cabaña y llevó a Estraven de vuelta a Estre. Allí nadie se atrevió a seguir oponiéndose a
la voluntad del viejo Señor, cuya rectitud había quedado sellada con la sangre de tres
hombres en el lago de hielo, y cuando Sorve murió Derem pasó a ser Señor de Estre.
Antes de un año había dado fin al viejo conflicto, cediendo la mitad de las tierras en
disputas al dominio de Stok. Por esto, y por la muerte de sus hermanos de hogar, se lo
llamó Estraven el traidor. Sin embargo, el nombre de Derem es todavía común entre los
niños del dominio.
10. Conversaciones en Mishnori
A la mañana siguiente, mientras yo despachaba un desayuno tardío, que me sirvieron en
mi cuarto de la mansión de Shusgis, el teléfono de la casa emitió un balido cortés.
Cuando atendí el aparato, una voz me dijo en karhidi: - Aquí Derem Har. ¿Puedo subir a
verlo?
- Sí, por favor.
Me alegró enfrentarme con Estraven, y terminar de una vez. Era evidente que entre
Estraven y yo no podía haber una relación tolerable. Aunque la desgracia y el exilio de
este hombre pudieran atribuírseme, nominalmente al menos, yo no sentía sobre mí ni
responsabilidad ni culpa. Estraven nunca me había explicado de veras ni sus actos ni sus
motivos, y yo no podía confiar en él. Deseé que no se hubiese mezclado con estos
orgotas, que de algún modo me habían adoptado. La presencia de Estraven era a la vez
una molestia y una complicación.
Estraven fue introducido en el cuarto por uno de los muchos empleados de la casa. Hice
que se sentara en una de las sillas almohadilladas y le ofrecí la cerveza del desayuno.
Rehusó. No parecía incómodo - había dejado toda timidez muy atrás, si alguna vez la
había tenido -, pero de alguna manera se contenía: parecía estar esperando algo,
distante.
- La primera verdadera nevada dijo, y viendo que yo me volvía hacia la ventana de
pesadas cortinas -: ¿Todavía no miró afuera?
Así lo hice, y vi densos torbellinos de nieve en un viento que soplaba calle abajo, sobre
los techos blanqueados; unos pocos centímetros que habían caído durante la noche. Era
odarhad gor, el día decimoséptimo del primer mes de otoño. - Es temprano - dije,
perdido unos instantes en el encantamiento de la nieve.
- Anuncian un invierno duro este año.
Abrí del todo las cortinas, y la luz yerma e inmutable desde afuera cayó sobre el rostro
oscuro de Estraven. Parecía más viejo. Había conocido tiempos duros desde que yo lo
había visto por última vez en la Esquina Roja del palacio de Erhenrang junto a su propio
fuego.
- Tengo aquí lo que me pidieron que le traiga - le dije, y le di el dinero envuelto en una
hoja de papel metálico, que yo había puesto en una mesa luego de la llamada. Estraven
lo tomó y me agradeció gravemente. Yo no me había sentado. Al cabo de un momento,
todavía con el paquete en la mano, Estraven se incorporó.
Tuve entonces algún remordimiento, pero no le presté atención. Yo quería quitarle todo
deseo de acercarse a mi. Que esto humillara a Estraven era infortunado.
Estraven me miró de frente. Era más bajo que yo, por supuesto, corto de piernas y
macizo, y ni siquiera alcanzaba la estatura de muchas mujeres de mi raza. Sin embargo,
no parecía, mientras me observaba, que alzara los ojos. No lo miré a la cara. Examiné la
radio que estaba sobre la mesa mostrando un abstraído interés.
- No se puede creer en todo lo que dice aquí la radio - comentó Estraven con tono
agradable -. Me parece sin embargo que aquí en Mishnori necesitará usted información,
y consejo. [ Pobierz całość w formacie PDF ]

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